viernes, 14 de enero de 2011

El truco del lapiz - Diario de un completo gilipollas


Queridos míos, el post de hoy está dedicado a explicar un sencillo (a la par que eficaz) truco para conseguir contacto real cualquiera de los congéneres que les atraiga, sean ellos hombres o mujeres o loros disecados. El truco de hoy se llama "el truco del lápiz" y se llama así porque es un truco y se necesita un lápiz. Si fuese una letanía que contase sobre la vida del santo Job se llamaría "la letanía del Santo Job" y no "el truco del lápiz". Hasta yo lo entiendo, así pues, no se aceptan preguntas. Después de esta imprescindible aclaración procedo a enumerar los elementos necesarios. ¿Preparados? Apunten: para "el truco del lápiz" se necesitas un lápiz. Opcionalmente también usaremos un teléfono móvil pero no es necesario porque sino el truco se llamaría "el truco del lápiz y el teléfono móvil", Aunque bien pensado también podría haberse llamado "el truco del lápiz y el teléfono móvil no necesario". En fin, sea como sea. Cuando localicemos a nuestra presa sacaremos un lápiz al que previamente le habremos quitado la punta (con un mordisco puede ser pero no se traguen la mina de grafito, provoca flatulencias y "el truco del lápiz" también conocido como "el truco del lápiz y el teléfono móvil no necesario" perdería eficacia y ganaría en ridiculez.). De acuerdo, estoy complicando lo simple. ¿Alguna pregunta? ¿Ninguna? Continuemos: cogemos el lápiz y el móvil y nos acercamos a la presa con el móvil en la oreja y el lápiz "despuntado" en la mano. No lo hagan al revés, las presas no suelen reaccionar demasiado bien cuando nos ven hablando con un lápiz. Cuando estemos junto a ellas fingiremos que necesitamos apuntar algo y les mostraremos la punta desnuda. La del lápiz, me refiero (al principio se impone la decencia, no es conveniente mostrar ninguna otra punta desnuda en el primer contacto). Mostrando la punta desnuda le preguntaremos a nuestra presa si tiene algo con lo que apuntar. Mientras no saque una pistola y nos apunte a nosotros habremos entablado un primer contacto. También llamado "encuentro en la primera fase", Y mientras nuestra víctima rebusca en su bolso o en su bolsa maricona (los hombres de verdad no utilizamos esas "boutades") aprovecharemos para decirle al odio una frase definitoria de lo que sucederá tipo "te deseo con tanta locura que ya he reventado dos botones de los tejanos" o "al ver tus músculos viriles chorreo tanto que creo que he roto aguas". Puede que ustedes piensen que estas frases son demasiado agresivas pero deben saber que en el campo de batalla se impone contundente estrategia o seremos nosotros mismos quienes sufriremos la mas humillante derrota. Si nuestro objetivo sonríe y comienza a jugar con los rizos de nuestro pelo (sea del lugar que sea), ese es síntoma de que hemos conseguido el objetivo. Si por el contrario llama a la policía o rompe en nuestra cabeza la botella de cerveza que estaba bebiendo entonces simplemente debemos reescribir la estrategia. No hay derrota en la guerra del amor, solo pequeños contratiempos.

Se preguntarán ustedes como me ha ido a mi con "el truco del lápiz". Sinceramente, nunca ha funcionado. Pero resulta que yo solo soy un completo gilipollas. Estoy seguro que ustedes lo conseguirán. ¡Valor, un lápiz (móvil opcional) y al toro (o al loro... disecado)!






Fuente: http://diariodeuncompletogilipollas.blogspot.com/search/label/Trucos%20gilipollas

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